domingo, 11 de febrero de 2018

En la segunda ronda: NO APOYEMOS A NINGUNO DE LOS ALVARADO


AMBOS SON ENEMIGOS DEL PUEBLO TRABAJADOR

La prensa burguesa ha presentado la segunda ronda de las elecciones presidenciales, como un enfrentamiento entre dos polos opuestos: por un lado Fabricio Alvarado, con una agenda conservadora en contra del fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos reconociendo el Matrimonio Igualitario y otros derechos de la población LGTBI, y oponiéndose a la educación sexual en escuelas y colegios, y por otro Carlos Alvarado, del PAC, supuestamente defendiendo estos derechos.
Es un hecho que Carlos Alvarado logró superar a Álvarez Desanti, a Piza Rocafort y a Juan Diego Castro, porque éstos derechizaron su discurso al son que tocaban Fabricio Alvarado y las iglesias. Un sector de la población, sobre todo de la juventud, vio a Carlos Alvarado como la alternativa más viable para enfrentar en las urnas la ofensiva clerical reaccionaria.
La polarización que se produjo entre los Alvarado en las dos últimas semanas de la campaña electoral, no logró sin embargo acabar con la apatía del electorado. El abstencionismo se mantuvo alto, con un 34%, y la fragmentación del voto expresa el descreimiento que existe en los partidos burgueses.
Fruto de esta situación, es importante tener en cuenta el profundo desgaste que experimentaron los partidos tradicionales manchados por la corrupción: el PLN y el PUSC salieron muy golpeados del proceso electoral, aunque retengan una fuerte presencia legislativa por la fragmentación del voto, y Otto Guevara hasta le dio ya dio santa sepultura al Movimiento Libertario anunciando que se alejará de la política.
Aunque se señala el enorme salto que tuvo para adelante Renovación Costarricense al dispararse a un 24,9%  de los votos emitidos, es interesante tener presente que en esta votación se expresa el mismo fenómeno que pesó contra el PLN hace cuatro años: por más asistencialismo social del PLN entonces y del PAC ahora, las provincias más pobres votaron contra el gobierno.
Este es un elemento a tener en cuenta, porque en las capas más pobres de la población, el discurso de austeridad fiscal, de ajustes, de impuestos que manejó Carlos Alvarado (aunque fuera acompañado de “ayudas” desde las instituciones de asistencia social del Estado) no pega. La gente más pobre prefiere, y probablemente así será en la segunda ronda, arriesgarse con Fabricio.
La prensa empezó a interrogar a los diputados evangélicos electos sobre las medidas de austeridad que impulsarían para disminuir el déficit fiscal. La burguesía quiere amarrar para que se aprueben en lo que le quedará a esta legislatura después de la segunda ronda o en la próxima, los proyectos tendientes a reducir el gasto en salarios y programas sociales del estado, aumentar los impuestos indirectos que sangran a los sectores populares y penalizar la lucha social. Sintomáticamente, la cúpula de los evangélicos dio orden de no hacer más declaraciones para no desgastar antes de tiempo el apoyo social logrado.
A otro nivel, resulta también importante tener en cuenta, que el Frente Amplio perdió mucha base social en los sectores medios y populares, no sólo porque optaron por apoyar a Carlos Alvarado como la alternativa frente a Fabricio. En los sectores populares había habido mucho rechazo a la política colaboracionista con el PAC que mantuvo la cúpula frenteamplista.
Toda la izquierda colaboracionista de clases ve con espanto un posible triunfo de Fabricio, se imaginan un régimen fundamentalista no muy lejos de los de Arabia Saudita o Israel. Sin negar que éste es un aspecto particular de la agenda de Fabricio, no podemos dejar de tener presente al mismo tiempo que Carlos Alvarado impulsa (hasta más coherentemente si se quiere) la agenda neoliberal para golpear al movimiento de masas so pretexto del déficit fiscal.
Apoyar a uno contra el otro, es hipotecar la independencia política del movimiento de masas, que debe tener absoluta claridad en que ambos son enemigos del pueblo trabajador. La alternativa contra el Alvarado que gane en la segunda ronda es la organización y la movilización. No hay otro camino para frenar la agenda neoliberal y fundamentalista. El jueves 8 de marzo, día internacional de las mujeres trabajadoras, será una ocasión especial para que el activismo feminista socialista salga a la calle colocándose como un polo de lucha y articulación contra este gobierno, y contra el que venga.
Contra la capitulación al PAC, llamamos a una asamblea de luchadores sociales para promover la abstención o el voto nulo en la segunda ronda.
¡Por la unidad de las luchas ambientales, feministas, laborales y de derechos humanos con independencia de los partidos de los ricos!


Domingo 11 de febrero del 2018
Pronunciamiento del PARTIDO REVOLUCIONARIO DE LAS Y LOS TRABAJADORES

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