lunes, 5 de febrero de 2018

Análisis de las elecciones de Costa Rica - 2018


Insumos del debate sobre las elecciones en Costa Rica - PRT
A continuación, presentamos unos materiales con el fin de exponer algunos elementos de análisis tras las elecciones de Costa Rica, -realizadas el pasado el pasado 4 de febrero del 2018. De esta elección no salió un ganador definitivo y se resolverá en una segunda ronda el próximo 1ero de abril.

Hay muchos elementos que no estamos incluyendo en este análisis y que responde a hechos más recientes como lo es el debate a lo interno del movimiento feminista de cara a la segunda ronda, la polémica entrada en vigor de un programa de educación sexual, el balance de la izquierda en las elecciones o el surgimiento de un movimiento juvenil llamado Coalición Costa Rica como respuesta al ascenso de las candidaturas evangélicas de Renovación Nacional. Prometemos agregar estos temas y otros que consideramos pertinentes en nuestra edición de Bandera Roja, y en los medios que tenemos a disposición para nutrir el debate en medio de esta segunda ronda. 
Corte #13, extraído del sitio oficial del TSE.go.cr

Resumen de discusión sobre elecciones.


El lunes 5 de febrero en horas de la mañana realizamos una discusión sobre los resultados electorales. A continuación, reproducimos algunos puntos que se expusieron ese día y que sirvieron de insumo para la elaboración de un pronunciamiento que encontrará al final de este documento.

a.      ¿Cuáles expresiones políticas ganaron terreno?
Estas elecciones, al igual que hace cuatro años, no definieron un ganador en la primera ronda. Es llamativo el creciente fraccionamiento del padrón, lo cual caracterizamos como el deterioro de la legitimidad de los partidos políticos y esta democracia burguesa. Por ejemplo, en el 2014, los dos primeros lugares de las elecciones, el PAC y PLN, alcanzaron 629 866 y 610 634 votos respectivamente. En estas elecciones del 2018, los dos primeros lugares, RN y PAC, agrupan un menor número de votos: 505 214 y 439 388 votos respectivamente. A nuestro análisis debemos sumar el factor abstencionismo: Se mantiene alto, ya que pasó del 31,2% en 2014 al 34,34% en 2018, lo que significa en ambos casos más de un millón de votantes que no participan en las elecciones. Como hace cuatro años, cuando sólo participó apenas un 56,63% del padrón, es probable que el primero de abril constatemos una baja participación en la segunda ronda.
Una campaña electoral que comenzó en frío, debido a los escándalos de corrupción como el Cementazo, auguraba una baja considerable en la participación electoral. Pero sorpresivamente el pronunciamiento de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) colocó en el centro de la campaña electoral costarricense el matrimonio igualitario. Así se polarizó la contienda electoral, y una importante franja del electorado que se opone en el reconocimiento de derechos a la comunidad LGBTIQ expresó su malestar votando por Renovación Nacional (RN - un partido cristiano-liberal) y su candidato presidencial, Fabricio Alvarado (ex-periodista, cantante y predicador). El porcentaje de votos en presidenciales (24,91%) coloca a RN en primer lugar. Uno de los elementos que más llama la atención es el incremento meteórico en su representación legislativa (pasa de 1 diputación, a 14) ya que arrasó en los bastiones de partidos tradicionales (PLN en las costas) y del partido oficialista PAC (en los centros de votación más grandes de la Gran Área Metropolitana).
El partido de gobierno, Partido Acción Ciudadana (PAC) logró superar con un 21,66% a los viejos partidos del bipartidismo: el Partido Liberación Nacional (PLN) alcanzó un 18,62% y la Unidad Social-Cristiana (PUSC) obtuvo un 16,02%. Sin embargo, es considerable la baja votación del PAC si se le compara con el 2014 (-190mil votos). En aquella ocasión el PAC aglutinó un voto anti-PLN que venía de dos gobiernos consecutivos. Esto se puede explicar, entre otras razones, porque esta vez el PAC era el partido de gobierno y, tras haber dirigido casa presidencial, resultó una desilusión para los electores que confiaron en el “gobierno del cambio”. Finalmente, debemos mencionar que en la Asamblea Legislativa también se experimenta un cambio en la correlación de fuerzas:
  • ·         PLN obtuvo dos diputaciones menos, alcanzando 17, pero sigue siendo el bloque legislativo más grande. Reflejo de una consistente estructura local, pero que se desgasta poco a poco.
  • ·         RN pasó de 1 a 14 diputaciones. Es el gran ganador de la elección.
  • ·         PAC pierde tres diputaciones, y se queda con 10. Refleja que muchos de sus votantes en la nómina presidencial quebraron el voto en la papeleta legislativa.
  • ·         PUSC pasa de 8 a 9 diputaciones. Podría hablarse de una recomposición del partido que entró en crisis tras los escándalos de corrupción de 2003 con los casos CAJA-FISCHEL.
  • ·         PIN alcanza 4 diputaciones con el discurso punitivo de su candidato presidencial, el abogado Juan Diego Castro. Este partido tenía tres legislaturas fuera de Cuesta de Moras.
  • ·         PRSC es una ruptura del PUSC, y alcanzó por primera vez acceso a Asamblea Legislativa, con dos diputaciones.
  • ·         Frente Amplio – FA es uno de los grandes perdedores de la contienda. Su política de colaboración de clases con el gobierno PAC no gustó a sus votantes. Pasaron de 9 diputaciones, a solo 1 (José María Villalta por San José).
  • ·         Movimiento Libertario está en proceso de extinción tras quedar sin diputaciones. Este partido representó por cuatro períodos consecutivos el sector más incisivo de la agenda neoliberal.
Extraído del sitio de La República.


b.      ¿Cuál es el balance para la izquierda en las elecciones?
El balance es negativo ya que las candidaturas del PT-LITci (a nivel nacional) y del NPS-SoB (en la provincia de San José) no sólo siguen en la marginalidad que protagonizaron ya en el 2014, sino que retroceden cuantitativamente. En aquella ocasión, la nómina presidencial el PT alcanzó 4 897 votos (0,24%) y en esta elección 2018 acumularon apenas 4060 votos (0,20%). Aunque era un resultado esperable, el mismo Jhon Vega decía en los debates y entrevistas que “no iba a ganar”, estos números le abren crisis al PT, por el desgaste que significó la inscripción y la campaña nacional. Sobre el NPS, los datos son signo de marginalidad: 727 votos (0,11%) en su candidatura provincial.
En el informe de la reunión no desarrollamos este punto, pero hay al menos un obstáculo externo que impide mayor exposición de estas candidaturas independientes de la burguesía: La falsa democracia costarricense que se opone a la igualdad de oportunidades de participación en radio, televisión y otros medios publicitarios. Hay otro obstáculo, que es interno, que consiste en la autoproclamación y el sectarismo. Estos dos elementos, entre otros que necesitamos reflexionar, impiden la efectiva unidad electoral de las organizaciones que se reclaman de la izquierda revolucionaria. Es vergonzosa la actitud del PT que ni siquiera se dignó a responder varias propuestas de apoyo logístico y económico a su campaña, por el terror que tienen de darnos espacio. En otras circunstancias, con una astuta pero principista ofensiva en los frentes de masas, la izquierda trotskista podría convertirse en un referente de la articulación de luchas y la batalla por las ideas socialistas. Como lo han hecho en Argentina con el FIT.

c.      Nuestra intervención y la segunda ronda
En el PRT tuvimos una orientación de llamar a votar por el Partido de los Trabajadores, que en nuestro llamado era votar "por la única candidatura presidencial con independencia de los partidos de los ricos, de los grandes empresarios y de los evasores de impuestos". Así fue posible establecer contactos y acercar políticamente a activistas comunales y de otras organizaciones que nos acompañaron en actos políticos y jornadas de volanteo. Si bien muchos de estos esfuerzos no se plasmaron en un gran número de votos, nos permitió recuperar terreno político-organizativo, y recuperar el contacto con simpatizantes que en el último periodo han estado alejados de los debates de la izquierda.

Debemos poner mucha atención a lo que suceda en esta segunda ronda. La polarización de la discusión sobre el matrimonio igualitario corrió a la derecha todo el espectro político. Muchos militantes y activistas que vienen de la izquierda reformista (FA) se están yendo al “centro” (PAC) para "defender" en el terreno electoral la agenda de derechos humanos. Esta presión hacia la derecha se comienza a expresar en el posicionamiento pro-PAC de todo tipo de activistas: autonomistas, anarquistas, frenteamplistas y hasta trotskistas. Aunque terminemos nadando contra corriente, debemos dar una pelea para impulsar una agenda de lucha con perspectiva de independencia de clase en todos los espacios donde podamos participar (ambientalistas, feministas, sindicales…).

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