sábado, 26 de enero de 2013

El 1.84% ofrecido es un insulto

Los pretextos del gobierno para congelar los salarios de los empleados públicos

Hoy a las 3:30 de la tarde sesiona de nuevo la Comisión Negociadora de Salarios del Sector Público (CNSSP). El panorama no es nada halagüeño: el Gobierno ha dicho que no hay dinero sino para un reajuste salarial del 1.84%. Aunque el principal argumento de las Autoridades gubernamentales es ese, “no hay plata”, últimamente lo han combinado con el tema de los “supersalarios” que reciben algunos funcionarios. 
 
EL CUENTO DE LOS SUPERSALARIOS. Este último argumento que no es más que un truco para confundir a la opinión pública, se cae con los propios datos oficiales: el salario promedio para los servidores del Gobierno Central está cerca de los ¢700 mil; monto éste que para nada se puede ver como excesivo. Y lo que ellos llaman supersalarios, salvo los de algunos médicos, no son otra cosas que los estipendios que reciben los altos jerarcas de las instituciones del Estado; pagos éstos que de ninguna manera pueden concebirse como “salarios”, puesto que éstos señores (como Fernando Naranjo y sus ¢ 18 o ¢ 30 millones), no son empleados, sino que ejercen como representantes patronales. De manera que el abuso con los pagos dentro del sector público se dá principalmente entre los jerarcas y directores de las instituciones, es decir, en los puestos de confianza, que son escogidos a dedo por el propio gobierno y cuyos “salarios” se auto-recetan ellos mismos. 
 
EL CUENTO DE QUE NO HAY PLATA. El otro argumento, aunque tiene un asidera real en el sentido de que efectivamente las finanzas del Estado han mermado, no puede aceptarse así nada más. Hay que señalar cuál es el origen de esa crisis fiscal, por qué es que los ingresos del Estado no alcanzan o no crecen conforme las necesidades de toda la sociedad. Recordemos la sub-ejecución presupuestaria como práctica común en gran cantidad de instituciones apuntada por la Contraloría año con año: ¿si no hay plata, por qué no se gasta lo presupuestado? Recordemos también el derroche multimillonario en el pago de asesorías inútiles: ¿por qué no se aprovecha el recurso humano profesional del Estado en lugar de contratar a amigos y allegados? Recordemos las concesiones mal otorgadas y nada controladas a la empresa privada, las compras de servicios (por ejemplo de la CCSS), el sobrepago por alquileres y precios de equipos, etc. ¿Por qué si no hay plata se derrocha el erario público con pagos excesivos e incluso regalando el dinero como se hizo en la Trocha Fronteriza?. De manera que el mal uso de las finanzas del Estado es sin duda una de las razones por las cuáles los ingresos se hacen insuficientes.
 
Siempre sobre el tema de que “no hay plata”:  no olvidemos las exenciones de impuestos a las compañías extranjeras, el no cobro de impuestos a la hotelería, del subsidio en el cobro de servicios de agua, electricidad y telefonía a las grandes empresas transnacionales; no olvidemos que la evasión del Impuesto de la Renta está por sobre el 60% y que quienes sí pagamos la renta y puntualmente somos los empleados públicos.
 
De manera que ese discurso de “no hay plata” y de “los supersalarios” no es más que un cuento para dejar al empleado público en mal ante la opinión pública.
 
¡Ya es hora de que se acaba el congelamiento de los salarios!
¡Ya es hora de que se cambie la fórmula
para calcular los reajustes salariales!
Franklin Benavides Flores
Representante de la CGT
ante Comisión Negociadora de Salarios del Sector Público
San José, 15 de enero del 2013

No hay comentarios:

Publicar un comentario