A PROPÓSITO DE LA LUCHA POR PLENOS DERECHOS PARA LA UNIÓN
CIVIL DE PAREJAS DEL MISMO SEXO
Yuri Alfaro y Antonienta Villalobos, por Comisión
Feminista Socialista del Partido Revolucionario de las y los Trabajadores (PRT)
En estos
primeros días de agosto ha salido a la luz pública la noticia de que el
gobierno elevará el proyecto de Sociedades de Convivencia que respalda el
otorgamiento de una serie de derechos para las personas del mismo sexo que
mantienen diferentes relaciones o vínculos. Este proyecto no modifica el código de familia, como si lo hacia el
proyecto de Uniones civiles de personas del mismo sexo.
El ministro de
la presidencia Ricardo Benavides ha planteado que el Gobierno considera
importante y pertinente apoyar este proyecto.
De hecho ya se realizo la primera reunión entre este ministro y representantes
de la comunidad lésbico-gay. Este
proyecto sería incluido en sesiones extraordinarias por parte del ejecutivo
para que se discuta Es extraño que en este momento el gobierno este mostrando
un supuesto interés por apoyar este proyecto, en tanto, antes ha demostrado no
tener interés alguno en atender las demandas de la comunidad LGBTTI.
Más extraño
resulta, cuando el Gobierno sí ha dedicado tiempo para impulsar el concordato
con el Vaticano y por ende el fortalecimiento de uno de los pocos estados
confesionales del continente. La visita
de Laura Chinchilla al Vaticano se realizó en mayo de este año. Es también sorpresivo
que el gobierno de este viraje, luego de haber colocado al conservador Justo
Orozco a liderar la comisión de Derechos Humanos de la Asamblea
Legislativa que debía dictaminar sobre
los proyectos de ley atinentes a las sociedades de convivencia.
Inclusive, a lo
interno de esta comisión se dio un proceso acelerado de revisión y aprobación
de mociones y fue votado en contra claramente por Orozco pero también por
Adonay Henríquez del Movimiento Libertario, por Jorge Angulo y Luis Antonia Aiza
ambos diputados de Liberación Nacional.
Todo esto el seis de junio del año en curso.
Sin embargo pese
a todo lo contradictorio que parezca, más vale recordar que los políticos de la
burguesía hacen pactos y los deshacen cada vez que lo necesitan según sean sus
intereses de momento, coyunturales o de largo plazo. Por ello, queremos hacer una observación en
dos líneas: una referida a las influyentes manifestaciones organizadas por la
comunidad LGBTTI que han tenido un gran impacto para acaparar un espacio más
que necesario en la vitrina política.
Pero además, sería preciso ver como confluyen las fuerzas políticas a la
luz de estos movimientos y frente a las cercanas elecciones nacionales.
Detallemos,
aunque de manera breve ambos puntos.
Sobre la lucha
de la comunidad LGBTTI, los esfuerzos han sido grandiosos, ha sido uno de los
movimientos sociales que, pese a la derrota de la imposición del TLC, han perdurado y se han fortalecido.
Además, han
creado una cultura de respuesta a las constantes muestras de violencia y
rechazo al ejercicio libre de su amor.
De hecho, nos han dado muchas lecciones al resto de movimientos en
cuanto a crecimiento y fortalecimiento.
Resultan ejemplos
más que claros la organización para enfrentar la colocación de Justo Orozco
frente a la comisión de derechos humanos, igualmente la marcha del orgullo por
la diversidad, que fue sumamente
nutrida.
Y aunque este
movimiento, poco o nada ha contado con
el apoyo de otras organizaciones, se fortalece y tiene victorias parciales, o
por lo menos mucha motivación para seguir adelante.
Frente a estas
acciones, la mayoría de grupos políticos
se han realineado para volverse más “amistosos” con algunas de las demandas de
la comunidad. Inclusive, el mismo gobierno de Chinchilla, ha planteado en estos últimos días que están
dispuestos a promover el proyecto indicado, pero admiten las trabas que se
podrían desatar en la Asamblea Legislativa. De alguna manera lavándose las
manos sobre el trajín legislativo que está por cierto muy embrollado. El ejecutivo tapa así con un dedo el papel que jugó para que
Orozco llegara al puesto donde tiene cancha abierta para obstaculizar este
proyecto, como lo hace y hará.
Hacemos un
llamado a que el movimiento social en general siga el ejemplo de lo que se
alcanza cuando la lucha es asumida con rigor y fortaleza, como lo ha mostrado
el movimiento LGBTTI. Pero este mismo
movimiento adquiere la responsabilidad de hablar muy claro con sus bases, con
la población en general y explicar como algún logró en medio de este ambiente
será una conquista parcial, mientras continúe el estado confesional secuestrado
por la jerarquía católica, por ende se hace urgente redoblar la lucha contra el
concordato con el Vaticano, y demás políticas machistas, patriarcales, homo,
lesbo y transfóbicas.
Por otro lado, nos
encontramos a dos años de que se realicen las elecciones presidenciales, sin
embargo, las carreras por alcanzar la preciada silla han comenzado con fuerza
desde el balcón verde. Los Arias, Araya, Figueres y Chinchilla han mostrado una
especie de divorcio malogrado que ha generado grandes conflictos internos en el
PLN, algunos más públicos que
otros. No es de extrañar tampoco que a
lo interno de Liberación se estén alineando las fuerzas por los candidatos de
mayor peso, hablemos de Rodrigo Arias y Johnny Araya.
En el caso del
primero, acarrea con la sombra de su hermano Oscar Arias quien ha planteado un
abierto apoyo a la unión entre personas del mismo sexo y la garantía de sus
derechos, del otro lado está Johnny Araya quien no dudo en facilitar desde su
Municipalidad todo lo necesario para hacer la gran marcha del Orgullo Lésbico-Gay
el presente año.
Así las cosas, a
lo interno de Liberación se ha desatado ya la ambiciosa carrera por la cúspide
presidencial, y por ende el desplazamiento de sus mañas clientelistas. La comunidad LGBTTI no escapará de esta carrera
y hoy más que nunca debe estar atenta y hablar francamente con sus bases y la
comunidad en general sobre la forma en que son manipulados sus intereses.
Finalmente
planteamos a esta combativa comunidad el reconocimiento de sus logros, esperanzadores
pero siempre parciales, de manera que la movilización permanente debe continuar
e ir en ascenso, por ejemplo planteando un proyecto de estado laico sin
Concordato, así como advertimos que mientras subsista el capitalismo en
asocio indisoluble con el patriarcado no
habrá verdadera libertad para las mujeres, la comunidad LGBTTI, las y los
trabajadores y oprimidas y oprimidos, por lo que solo en la unidad y lucha de
todos esos sectores está el camino de la victoria definitiva.
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