Es difícil expresar
el cúmulo de emociones que nos embargan
con ocasión de la conmemoración de 35 años de lucha del P.R.T., 35 años de
empeñar la vida entera, con perseverancia y pasión, en procura de construir la herramienta revolucionaria
indispensable que las y los trabajadores y el pueblo urgentemente necesitan
para acabar con el capitalismo cada vez más depredador, que amenaza con
hundirnos en el abismo.
A pesar de tantos
quebrantos y adversidades, es extraordinariamente reconfortante encontrarnos una
vez más en esta trinchera con camaradas que han sido y son más que hermanos y
hermanas, en esta ardua batalla. Porque creemos firmemente que no hay nada que
realice más al ser humano, que romper con la estúpida rutina, el mezquino
egoísmo y la enajenación que impone el sistema, no hay nada más hermoso y
creativo, que dedicar la vida al combate por la revolución socialista.
Cierto: hay múltiples peligros y acechanzas, pero no hay nada que se compare a
ver y sentir, en el fragor de la lucha de clases, como recuperan su autoestima
robada por siglos, cómo levantan su frente en alto, las obreras doblemente
oprimidas, los humillados y ofendidos,
que en las huelgas más duras y en los desalojos, muestran la solidaridad
y la fraternidad más sólida que existe, la que se forja en la lucha contra toda
forma de injusticia.
Ingresé a las filas
del PRT a la edad de 17 años, hace treinta años, poco después de la fundación
de Liga Internacional de las y los Trabajadores- IV Internacional (LIT-CI).
Desde entonces me he mantenido en esta brega nacional e internacional, por lo
que comprenderán que el acto del 35 aniversario del PRT toca las fibras más
profundas de mi vida. Pero más allá de
las pequeñas biografías personales, que no son más que parte de una
construcción colectiva, llevan profunda razón los camaradas colombianos que
destacan en su saludo que nuestra historia no se entiende, que nuestra existencia misma no se explica, si no es en
el marco de la corriente internacional que hoy se agrupa en la LIT-CI. Codo a codo,
hemos aprendido entrañablemente que un partido que se precie de revolucionario
que ante todo no está al servicio de la construcción internacional, no es en
realidad un partido revolucionario, porque como decía Marx: la lucha de clases
es internacional en su contenido y es nacional solamente en su forma.
¿Cuál es el balance de estos 35 años de lucha?
Un compañero sometido
a múltiples dudas y problemas, recientemente nos preguntaba si dedicar todos
estos años a tratar de construir el PRT han valido la pena. Cuestionaba que,
pese a los avances, seguimos siendo un
grupo relativamente pequeño, frente a la fuerza descomunal de nuestros feroces
enemigos de clase: el imperialismo, la burguesía de todo pelaje, la burocracia
sindical traidora. ¿Será que en verdad somos muy sectarios, y debemos moderar
nuestra política, para ser más aceptables? ¿será que es mejor buscar atajos?
Nuestra respuesta es
la siguiente: En primer lugar: el camino revolucionario para nada es un camino de rosas, es un camino muy
escarpado, sumamente tortuoso, porque, como decía Trotsky, solamente en los momentos espectaculares de
profunda conmoción y crisis política, el sentido común de la gente se modifica,
la modorra de la subsistencia cotidiana se sacude, y solo así es posible que
las y los revolucionarios capten la atención de las grandes masas, para que
rompan con siglos de prejuicios y telarañas ideológicas del sistema que los
esclaviza y embrutece.
En segundo lugar, en
verdad hemos ganado mucho terreno en
estos 35 años. Tenemos razones para sentirnos orgullosos.
El trotskismo en
Costa Rica y Centroamérica nace a
mediados de los setenta, cuando la escena de la izquierda estaba copada
completamente por el stalinismo y las direcciones guerrilleristas; surge pues en condiciones de mucha marginalidad y
exclusión en el seno mismo de la izquierda. 35 años después, más allá de nuestras carencias y errores, podemos
decir con certeza que hemos mantenido una trayectoria consecuente, mientras
otras denominaciones de izquierda han desaparecido, han renegado o
sencillamente han capitulado, limitando su horizonte a ponerle parches a un
sistema capitalista cada vez más depredador y descompuesto.
La caída de los
regímenes stalinistas mal llamados socialistas de la antigua Unión Soviética y
Europa del Este, no nos desmoralizó, porque nos afirmamos firmemente en los
principios que nos legó la IV Internacional de León Trotsky, la lucha sin
cuartel por la democracia obrera y contra la burocracia totalitaria, el
internacionalismo consecuente, la independencia de clase, la teoría y el
programa de la revolución permanente,
pilares que nos permitieron sobrevivir
a la desbandada de la izquierda que cundió en los noventa, cuando los
corifeos del capitalismo proclamaron alegremente el “fin de la Historia”, y “la
muerte del socialismo”.
Pero además no nos
limitamos a sobrevivir, el PRT, con paciencia y dedicación, ha logrado una inserción importante en el
movimiento obrero, testimonio de ello es la presencia acá de buena parte de los
mejores dirigentes sindicales clasistas del país.
Y por último sin
ninguna mezquindad debemos decir que más allá de nuestras diferencias, el
conjunto del movimiento trotskista en Costa Rica tiene una intervención clave
en la juventud y los sectores luchadores, tal es el caso claramente de los compañeros y
compañeras del PT, con los que no perdemos la esperanza de unificar nuestras
fuerzas en un día no muy lejano
Por ello sin duda
alguna estos 35 años no han sido en vano, y nos permiten hoy ser un referente
para las y los luchadores que quizás nos ven con simpatía, pero no nos siguen
todavía, algunos por ilusiones en salidas reformistas, pero que nos miran como referente, nos escuchan y
respetan nuestra trayectoria y capacidad de lucha.
Y debemos resaltar
acá que la solidez de un partido no solo se limita a sus principios teóricos, a
la corrección de sus análisis o al acierto de su línea política, un
ingrediente fundamental del que el PRT se enorgullece es su moral
revolucionaria. Porque si no se forjan lazos de hermandad indestructibles y
honestos entre compañeros y compañeras, sencillamente no se puede resistir con
firmeza la embestida del enemigo.
Las características medulares de la alternativa que
estamos construyendo
Reivindicando lo
anterior, ahora es preciso enfocase en la actualidad. Primero: ¿cómo vemos el
panorama? Segundo: ¿cuáles son nuestras propuestas y tareas centrales?
En cuanto a lo
primero, tal como lo expresa en su saludo el Secretariado Internacional de la
LIT-CI, estamos ante una crisis colosal del sistema capitalista mundial que
amenaza con hundir en la miseria a las grandes masas de la humanidad, y que se
refracta en este país con una ofensiva brutal contra el salario, la estabilidad
laboral y los derechos de las y los trabajadores y el pueblo.
Sin embargo, esta
ofensiva choca con una resistencia cada vez más fuerte de los de abajo en todo
el mundo. Y Costa Rica no es la excepción. Se abren así enormes oportunidades
para desarrollar la alternativa revolucionaria, pero en ese sentido, la primer pregunta que hay que
responder es: ¿qué perfil, que características debe tener esa alternativa?
Para nosotros esa
alternativa debe procura aglutinar centralmente a los sectores obreros más
explotados, con absoluta independencia de clase, pero a la vez incorporar a la
alianza revolucionaria la fuerza y las
demandas de todos los sectores oprimidos y las banderas más urgentes de
la humanidad, como la bandera del feminismo socialista desde la trinchera y el
liderazgo de la mujer trabajadora, y también la bandera del ecologismo
radicalmente anticapitalista. Esos aspectos deben incorporarse a nuestro programa histórico, pero sin perder
ni un instante la brújula de clase, indicando a todos los sectores que luchan
que solo con la revolución socialista se podrán resolver de raíz los grandes
problemas de la humanidad, desde la alimentación, la salud, la educación, los problemas medioambientales (literalmente de vida o
muerte), hasta los de la opresión sexual y de género.
Las dos tareas centrales que hoy les proponemos a las
y los luchadores
Partiendo de ese
contexto y propuesta, creemos que en el país se están dando condiciones para
una revancha en toda la línea del movimiento obrero y popular, para tratar de
remontar la resaca que provocó la derrota que sufrimos mediante el fraude
concertado en la lucha contra el TLC el 7 octubre del 2007.
El Gobierno de Chinchilla es sumamente débil y errático, las
pugnas de las distintas camarillas burguesas por hacerse del botín de las
aperturas y las concesiones de obra pública, están tensionando al máximo al
régimen político.
El gran desafío que
tenemos es lograr que el movimiento obrero y popular retome la ofensiva. En tal sentido el PRT lanza dos
grandes tareas para debatirlas con todos los y las luchadoras:
Primero: en el
plano sindical y popular, construir un polo clasista y combativo, que desplace
a las dirigencias sindicales burocráticas que una y otra vez entregan las
huelgas y pactan traiciones con los patrones y gobiernos, como quedó en
evidencia en la pasada negociación salarial. Indicó que desde la CGT estamos
haciendo un esfuerzo en ese sentido, pero vemos con alegría que además hay
otras organizaciones de peso que tienden a orientarse en esa misma dirección,
por ejemplo, la APSE y SINTRAJAP. Señaló que esa coincidencia política en torno
a la necesidad de luchar frontalmente contra la arremetida de los gobiernos de
turno, no se puede limitar a una simple unidad en la acción, episódica,
requiere una unidad orgánica, requiere confederarse. Segundo: Lo anterior debe ser congruente y traducirse también en el
plano político en la urgente necesidad de forjar, sin ningún sectarismo y
mezquindad, un Frente Unitario de la Izquierda Clasista y de las y
los Trabajadores, para oponerlo a quienes siguen el callejón sin salida del
reformismo y la conciliación de clases, alentando falsas ilusiones en la
Alianza por Costa Rica. Este Frente debe servir centralmente para impulsar y
unificar las luchas y en segundo término, para tener también una intervención
común en el plano electoral, con independencia plena de las alternativas
burguesas y reformistas.
Solo prometemos luchar sin tregua
Concluimos afirmando que en efecto ha costado mucho
mantener viva la bandera roja de la clase obrera y el marxismo revolucionario
en medio del vendaval oportunista que corroe a la izquierda pequeñoburguesa que
pulula en los medios académicos. Pero hoy soplan vientos frescos que hacen que
el péndulo de la historia empiece a virar en el sentido de posibilitar nuevas
revoluciones en el horizonte. No está asegurado, es una posibilidad, depende
mucho de los que hagamos. Si la
izquierda y las y los trabajadores no están a la altura del desafío, podríamos
asistir más bien a un reverdecer del
neofacismo y las dictaduras, con consecuencias horripilantes para el futuro de
nuestra especie y del planeta. En fin todo depende de la acción consciente y
organizada que podamos desarrollar y madurar al calor de la lucha de clases.
Nuestra convicción
inquebrantable no parte de una profecía religiosa ni de un destino manifiesto.
Hacemos nuestras las palabras de nuestro maestro Nahuel Moreno: “Nosotros
no creemos que la revolución socialista sea inevitable. Pero no
hay ningún dios que diga que no podamos hacerla. Lo único que sabemos es que
para ello debemos luchar con rabia para triunfar”.
Excelente iniciativa.. Saludos de un Ex PRT-ERP (Argentina) me alegra ver que en Costa Rica haya un partido con esas siglas PRT..... Santucho Vive!!!
ResponderEliminarExcelente iniciativa.. Saludos de un Ex PRT-ERP (Argentina) me alegra ver que en Costa Rica haya un partido con esas siglas PRT..... Santucho Vive!!!
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