domingo, 16 de septiembre de 2018

¿CÓMO VEMOS LA PRIMERA SEMANA DE LA HUELGA?


CAPITALIZAR EL ENORME APOYO POPULAR CON MÁS ORGANIZACIÓN DE BASE Y DEMOCRACIA OBRERA






La primera semana de la huelga se cierra con el gobierno en una posición de debilidad frente al movimiento y echando marcha atrás en su rechazo a negociar mientras no se levante la huelga. Con los rectores de las universidades públicas y la Iglesia Católica como intermediarios, abre la posibilidad a un “diálogo preliminar”.


Es un retroceso en la posición de fuerza que había mantenido, obligado por el empuje del movimiento y los errores que ha cometido. La línea represiva del gobierno (a derrotar la huelga con la declaratoria de ilegalidad), dio paso a excesos policiales como la irrupción violenta en la UCR (que lanzó a las calles el pasado jueves a decenas de miles de estudiantes). En Limón comenzó a perder control de la situación con los bloqueos nocturnos, y la represión desatada puede que esté alimentando un estallido mayor. El asesinato a sangre fría de un joven en la zona atlántica y el baleo de otro la noche del miércoles (acción que parece premeditada, con el fin de infundir miedo y controlar la situación) son otra advertencia, al igual que los hechos de la UCR, de adónde puede terminar la línea de “diálogo” y pacifismo de la que se jacta el Ministro de Seguridad. 


El intento de dar una imagen de normalidad en el país con las celebraciones del 15 de setiembre, fracasó y tuvo como culminación el viaje ridículo del Ministro de Educación en helicóptero con una tea sustituta. El acto oficial en Cartago en medio de sillas vacías es una imagen clara de cómo termina el gobierno (que no pudo ni prever la lluvia puntual del 14 por la noche).


El “retroceso” a un diálogo preliminar no debería, sin embargo, engañar a nadie. El gobierno no puede retroceder y echar marcha atrás con el proyecto 20 580. No nos cansaremos de repetir que este es un gobierno del gran capital, y retroceder con el proyecto abriría una crisis en las alturas y un rápido deterioro de la situación económica. Esta no es una opción para este gobierno, al que no le queda otra sino tratar de acelerar la declaratoria de ilegalidad o hacer votar el proyecto (que aparentemente ya está listo para aprobarse a finales de la semana que viene o comienzos de la siguiente) confiando en que esto haría caerse el movimiento. El “diálogo preliminar” tiene el objetivo de ganar tiempo para que se produzca este escenario, confiando además en que la estrategia de las cúpulas sindicales de tener permanentemente a la gente en la calle la va a cansar y a la postre (como con las marchas de pañuelos blancos durante la huelga del Magisterio Nacional en el 95) comenzará a desgastar las fuerzas.


La huelga ha tenido una característica: la acumulación de fuerzas se realizó rápidamente en torno al eje de movilización del Magisterio y las trabajadoras(es) de Salud. La incorporación de otros sectores de peso en el Sector Público es menor (el ICE y las Municipalidades, por ejemplo). 



La simpatía de los sectores populares es muy grande, pero no ha habido una línea (sobre todo en San José) para que los huelguistas se vuelquen a las comunidades y se organicen comités de movilización en los barrios, asambleas o grupos de trabajo similares a los Comités Patrióticos que surgieron durante la lucha contra el TLC, pero no para organizar votaciones, sino para acuerpar el movimiento de huelga y contribuir con las movilizaciones.  Esta tarea podría asumirla el Magisterio Nacional con los padres de familia, pero las cúpulas sindicales no quieren combinar la movilización con asambleas democráticas de las bases donde se organice la lucha. 


Bajo esta orientación, sectaria, que no incorpora otros sectores populares y de la clase trabajadora, se corre el riesgo de que el desgaste que va a ir sufriendo la huelga a medida que se prolongue, no se vea contrarrestado por la organización de piquetes para reintegrar al movimiento a las/los compañeros que dejen la lucha (tal y como se ha acostumbrado exitosamente en otras huelgas del Magisterio), o para extenderla a instituciones que no han llegado a parar (como el INAMU de la Ministra Patricia Mora) o sólo uno o dos días (como el PANI). Incluso para asegurar la incorporación de lleno del movimiento estudiantil y las trabajadoras(es) universitarios sería necesaria una toma simbólica de las universidades públicas. Los rectores no convocaron a una huelga indefinida, sino sólo a la protesta del jueves para prestigiarse y asumir el rol de “mediadores” La AFITEC, por ejemplo, sigue sin sumarse por considerar “inoportuno” el movimiento. 


Haciendo estas observaciones, no pretendemos dar consejos a ninguna dirigencia para que se gane la huelga. Como parte del movimiento, todas las trabajadoras y trabajadores tenemos el derecho democrático más elemental a discutir sobre la marcha de la huelga y hacer propuestas, así como de tomar decisiones sobre cualquier diálogo o negociación. LAS DIRIGENCIAS TIENEN QUE RESPETAR EL DERECHO DEMOCRÁTICO DE LAS BASES A DECIDIR SOBRE LA LUCHA. La participación democrática de las bases es lo que le da fuerza a cualquier movimiento.



La huelga debe concentrar sus fuerzas sobre cuatro o cinco puntos clave, como RECOPE, el aeropuerto y ciertas carreteras, para paralizar el país y, a partir de asambleas para organizar y concentrar las fuerzas, volcarse a organizar en las comunidades el enorme apoyo popular con que cuenta. La estrategia del gobierno es prolongar la huelga para que se desgaste y poder rematarla con la ilegalización. En realidad, si logramos conservar las fuerzas y seguir golpeando en los momentos y los puntos más estratégicos; si logramos acercar a otros sectores populares y de la clase trabajadora, el desgaste lo va a sufrir el gobierno, que podría quedar aturdido, a punto de caer. 


 Convocamos a una PRIMERA REUNIÓN preparatoria, el próximo VIERNES 21 DE SETIEMBRE DE 2018 a las 7:00 p.m. y conformar el Comité de Lucha de San José, en el local de nuestro partido en San José (Casa del Pueblo), 350 al sur de la esquina suroeste del Parque Central, para impulsar la huelga y continuar la lucha por la defensa de los intereses del pueblo y de la clase trabajadora.

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