lunes, 9 de diciembre de 2013

Claudicación y Derrota en la Huelga de los EBAIS

  • La huelga del Programa de Atención Integral en Salud (PAIS-UCR-CCSS) será recordada como la capitulación de la huelga de los maestros de 1995
  • La verdad por amarga que sea: la responsabilidad principal recae sobre la junta directiva del SINDEU

Boletín de reflexión del PRT para el balance de la lucha de las comunidades, estudiantes, trabajadoras y trabajadores que participaron en la huelga contra el cierre del Programa de Atención Integral en Salud (PAIS-UCR-CCSS).
El pasado 28 de noviembre amaneció con lluvias un día gris en las inmediaciones de la rectoría de la UCR. Marjorie Azofeifa y Miguel Barrios sostenían una huelga de hambre desde hacía 2 días ante el punto muerto de las negociaciones en 2 semanas de paro de labores. Conforme fue avanzando la mañana nos enteramos que desde la madrugada ya había un borrador de acuerdo. Después de deponer la huelga, ya en las primeras horas de la tarde se había levantado el campamento, y se retiraban las y los huelguistas. A continuación analizaremos y comentaremos algunos aspectos medulares de los antecedentes de esta huelga de 18 días, la política del sindicato y los resultados de la negociación con la rectoría de la UCR.
1era Parte: Antecedentes
La huelga de noviembre de 2013 es la culminación de un largo y arduo proceso de lucha por la defensa de la seguridad social y del empleo que inicia en diciembre de 2012, cuando Henning Jensen anunció el cierre del programa a finales de ese mes.
El 11 de diciembre de 2012 la dirección del SINDEU, que tuvo buenos reflejos, mantuvo un paro de dos días en los EBAIS y organizó una vigilia el día 12 de diciembre para acompañar las negociaciones con la rectoría. Además de la remoción inmediata de Mauricio Vargas (uno de los principales ideólogos de la privatización de la salud, como logramos demostrar más adelante en Bandera Roja #92 Febrero y #93 Marzo 2013) y detener el cierre intempestivo del programa PAIS, se exigía, ya desde aquellos momentos tempranos de la lucha, garantizar el derecho al trabajo de las y los trabajadores del programa, y que  no se entregaran los servicios en concesión a empresas privadas. Debido a la presión de las y los trabajadores y las comunidades ambas instituciones llegan a un acuerdo, el 31 de diciembre de 2012 –día en que se vencía el convenio–, para que la UCR administrara estos EBAIS hasta marzo de 2013. De nuevo al borde de la fecha de finiquito del convenio, gracias a la lucha heroica de las y los trabajadores de PAIS, conducidos por la dirección del SINDEU, se mantuvo una huelga indefinida durante dos días, en plena Semana Santa y en condiciones muy difíciles, que permite frenar nuevamente el despido de las y los 400 funcionarios y que la administración de la UCR destituyera a Mauricio Vargas, principal promotor de la privatización de los EBAIS. Fue una victoria parcial, pues ahí mismo el rector, por un lado, aprovechó la circunstancia para terminar de lavarse las manos anunciando el cierre definitivo del programa PAIS el 14 de febrero de 2014, y por otro lado, Ileana Balmaceda anuncia el inicio de los trámites del cartel licitatorio.
Sin embargo, la principal victoria fue que se desarrolló, al calor de la lucha, una verdadera reorganización del movimiento obrero en el SINDEU: en una asamblea posterior al triunfo de marzo se pasó de una seccional en PAIS a cuatro seccionales, con sus respectivas dirigencias. Lo correcto hubiera sido golpear sobre caliente, dar unas semanas para que las y los trabajadores descansaran de la ardua jornada de lucha y volver a la carga con todo, denunciando nuevamente con fuerza la confabulación entre las autoridades de la CCSS y de la UCR para entregar los 45 EBAIS a empresas privadas.
La alianza sin principios contra el PRT
Después de la huelga de Semana Santa se inicia dentro del SINDEU una campaña interna contra el PRT: Rosemary Gómez, actual secretaria general del SINDEU, manifestando que existía una excesivo peso del PRT en la junta directiva de la organización, primero nos manifestó que no se iba a reelegir como secretaria general porque estaba muy cansada; posteriormente nos enteramos, por terceras personas, que estaba montando una papeleta aparte, excluyendo por completo a cualquier persona que perteneciera a nuestro partido. No era una actitud antipartido, puesto que existen en la actual junta directiva conocidos militantes del Frente Amplio (FA) y participa también Roberto Herrera, militante del Partido de los Trabajadores (PT)  y  su candidato a diputado en el primer lugar por Cartago. Tal y como queda claramente establecido en el documento que presenta el equipo de trabajadoras y trabajadores universitarios del PRT, en donde se explican las razones por las cuales nuestro partido no participa en la contienda electoral en el SINDEU, la razón principal por la cual Gómez impulsa una papeleta aparte es porque tenía diferencias políticas profundas con el PRT, relacionadas sobre todo con la forma de conducir el proceso de lucha del tema PAIS. La actitud poco transparente de la actual secretaria general, que en lugar de discutir las diferencias políticas de frente, orquesta una alianza sin principios para descolar de la nueva junta directiva a una parte importante del equipo de trabajo que estaba en lucha,  produjo una enorme confusión durante varios meses en la dirigencia del sindicato, lo que a su vez produjo una parcial inmovilización de la organización. También impidió que se desarrollara a fondo el proceso de reorganización obrera en el PAIS, pues durante mucho tiempo el sector no recibió la atención adecuada, tomando en cuenta la urgencia de la lucha, Por otro lado, el proceso de acomodo de una junta directiva en donde muchos de sus miembros llegan sin tener muy claro detalles importantes del conflicto con los EBAIS, produce un nuevo retraso, mientras se realiza ese proceso natural de reacomodo. El resultado del proceso es que la huelga por la defensa de los EBAIS inicia con un retraso de unos siete meses, tiempo durante el cual la CCSS continuó tranquilamente su proceso de licitación, sin movilización ni denuncia sistemática por parte del SINDEU, cuya junta directiva apostó esencialmente a las acciones legales, tal como un contenciosos administrativo contra la concesión que fue desestimado por el Tribunal.
2nda Parte: Debate ideológico sobre la dirección de la huelga
¿Cuál era la posición política del PRT?
Desde el PRT insistimos, desde que inicia la lucha por la defensa de los EBAIS que existían dos, y solamente dos, ejes fundamentales de lucha: el primero era la lucha en contra de la privatización de los 45 EBAIS; el segundo era la lucha por la defensa del derecho al trabajo de las y los 400 trabajadores. La principal responsabilidad de la dirección del SINDEU era asumir a fondo el segundo eje. El eje contra la privatización debía ser asumido con el apoyo de las comunidades en lucha y el resto del sector sindical y social. Los ejes estaban relacionados, pero debían separarse por razones tácticas, pues era imposible que el tema de la defensa de la seguridad social recayera sobre los hombros de las y los trabajadores de PAIS. El carácter sindical de la organización obligaba a la dirigencia de SINDEU a colocarse como la vanguardia en la defensa del empleo del personal que labora en PAIS; por lo tanto, era obligación de la dirección convocar a huelga de los y las trabajadoras del sector prácticamente desde el momento de asumir funciones, con una única consigna muy clara: no se levantaría la huelga hasta que Henning Jensen garantizara que no sería despedido ni despedida ni uno solo de los 400 funcionarias y funcionarios del programa. También insistimos en que para garantizar la absorción de las y los funcionarios la UCR se debía presionar a las autoridades universitarias para que se incluyera dentro del presupuesto anual programas de acción social en salud, al tiempo que se denunciaba sin ningún miramiento y tapujo todos los actos de corrupción que ha cometido las autoridades  universitarias, tanto en anteriores administraciones como en esta, y martillando constantemente con el señalamiento de las responsabilidad de Jensen como actual patrono. También insistimos en que a pesar de que se debían realizar las acciones legales pertinentes contra el cartel no podíamos depositar ninguna confianza en la justicia de los tribunales burgueses. Como se verá más adelante, los acontecimientos fueron demostrando que esta era la línea política correcta.
La respuesta tardía y confusa de la nueva junta directiva del SINDEU
El martes 20 de agosto, de manera tardía, la junta directiva del SINDEU convocó a una asamblea de PAIS a la que asistieron poco más de veinte compañeras y compañeros. El jueves 22 se realizó una Asamblea General del Sindicato en donde, a pesar de que se convoca acompañada de un paro del sector, la participación de PAIS fue también bastante fría. En esa Asamblea se anuncia que habrá en los próximos días una serie de acciones y movilizaciones encaminadas a volver a posicionar la lucha por la defensa de PAIS en la opinión pública. Las acciones fueron programadas para el mes de setiembre y la mayoría de ellas tuvieron un impacto casi nulo. La única acción importante fue una marcha que se realiza hacia la Caja el 19 de setiembre.
Es lamentable que la dirigencia del SINDEU convocara de forma tan tardía a las acciones para la defensa de las y los trabajadores de PAIS, pues esto fue determinante para el buen desenlace del proceso de lucha. Pero más determinante que la respuesta tardía fue la orientación confusa que se le imprimió a la lucha por la defensa del PAIS. Todavía para el 20 de agosto la principal propuesta de la junta directiva del SINDEU era la renegociación de lo que llamaban “un nuevo acuerdo marco” entre la UCR y la Caja, que permitiría, en teoría, una “transición ordenada” de los 45 EBAIS a la Caja. Esta propuesta del SINDEU no ayudaba en nada a clarificar los ejes de lucha y le hubiera permitido a las autoridades de la UCR y de la CCSS volver a entrar en el juego de dimes y diretes, mecanismo que utilizaron en diciembre del 2012 y en marzo de 2013 para causar confusión entre los sectores en lucha; al tiempo que presentaban la cuestión ante la opinión pública como un pleito entre cúpulas de instituciones.
El fracaso de la movilización y la asamblea del 4 de septiembre
El viernes 30 de agosto al recibirse la noticia de la entrega de los EBAIS a la Universidad Iberoamericana (UNIBE), espontáneamente un grupo de trabajadores y trabajadoras del PAIS llegaron a reunirse al SINDEU. Al principio muchos fueron enviados a sus casas por los directivos presentes, luego tuvieron que reunirse en las afueras, y posteriormente ingresaron a las oficinas, por gestión del Dr. Peralta. En esa reunión se plantearon propuestas de lucha, que luego fueron modificadas por la junta directiva.
El 4 de septiembre a las 2:00 pm la rectoría convoca a las y los trabajadores del PAIS a una reunión en el Auditorio de la Ciudad de la Investigación. La junta directiva del SINDEU, haciendo caso omiso a la propuesta de entrar al auditorio y confrontar a las autoridades universitarias que había surgido en la reunión de la base del 30 de agosto, convoca a no ingresar al auditorio y reunirse en las afueras en un piquete, evitando así confrontar a las autoridades. El piquete es un fracaso. Luego convoca a una Asamblea a las 4:30 p.m. con muy poca asistencia de la base del PAIS. Lamentablemente se presentaron renuncias al sindicato de parte de importantes activistas, como la compañera Marjorie Azofeifa, que expresa claramente su descontento por la falta de claridad política en las orientaciones de la junta directiva del SINDEU, que no asumía a fondo la denuncia de las autoridades universitarias y era dubitativa en la política de denunciar a Jensen como principal responsable del despido. 
Esta es la primera, de una de las tantas veces, que la dirigencia del SINDEU es rebasada por las bases durante el proceso. Sin embargo, la dirección en lugar de aprovechar el buen reflejo de las y los trabajadores y aprovechar para impulsar la huelga de una vez, decide tratar de calmar los ánimos, aunque eso significara perder importantes dirigencias intermedias que estaban pugnando por apurar el proceso de movilización y lucha, lo cual, dadas las circunstancias, era lo correcto; era claro que el tiempo jugaba a favor de la administración de Jensen y de Balmaceda.
3era Parte: 11 de noviembre, inicia la Huelga
Después de la marcha del 19 de setiembre el SINDEU se dedicó a realizar lobby político en distintas instancias del movimiento  sindical y popular, promoviendo la solidaridad con el sector en lucha. La dirección del SINDEU pierde nuevamente un tiempo valioso en espera de la movilización nacional. No es sino hasta la jornada nacional de protesta del 11 de noviembre que se lanza por fin, con un retraso de 7 meses, la consigna de huelga en el sector. Las trabajadoras y los trabajadores del PAIS marcharon en bloque en la columna que salió de la Universidad de Costa Rica.
Después de su participación en la marcha procedieron a realizar en horas de la tarde una asamblea para decretar un paro básicamente alrededor de 2 consignas: A) No a los despidos de los casi 450 trabajadores y trabajadoras del PAIS B) Ni cierres ni privatización de los 45 EBAIS de Montes de Oca, la Unión y Curridabat. En esta asamblea la dirección fue rebasada nuevamente por las bases, cuando, ante la propuesta de la dirección de mantener parcialmente los EBAIS para atender emergencias ganó, de manera apabullante la posición de que todas y todos los trabajadores se sumaran a la huelga. En esta asamblea se hicieron algunas propuestas de acciones más fuertes, sin embargo la acción que impulsó la junta directiva fue una acampada permanente frente a rectoría. La huelga inició con la participación de casi todas y todos los funcionarios del sector.
Sin dirección clara, pasaron los días y se comenzó a sentir el desgaste del movimiento
Faltó una propuesta política clara para dar solución al empleo de las trabajadoras y los trabajadores. Por su lado, la rectoría estuvo clara desde el inicio en algo: No dar nada. Entonces tenemos una combinación terrible: la delegación del SINDEU en las negociaciones llegaba con las manos vacías; la rectoría, por su parte, con promesas vacías. Por supuesto que esta indefinición beneficiaba a Jensen. Durante la primera semana de huelga la rectoría ofreció lo siguiente: que se levantara de inmediato el campamento, a cambio de que no hubieran represalias, ofrecía 14 plazas no profesionales y prometía ayudar a colocar al resto de funcionarias y funcionarios en UNIBE, en la Caja y en otras instancias gubernamentales.
Si la huelga duró tanto fue por la heroica determinación de las trabajadoras y los trabajadores, pero también por una pésima dirección que no supo canalizar los esfuerzos hacia una salida concreta ni impulsó acciones de lucha que lograran presionar realmente a la administración de la universidad, a pesar de tener el apoyo de cientos de trabajadores.
Sobre las consignas del paro, desde el PRT insistimos, desde los primeros días de huelga, que era necesario priorizar la lucha contra los despidos, sin renunciar a la lucha contra la privatización. Es decir, privilegiar los esfuerzos en la denuncia y exigencias a la rectoría UCR (su patrón) para dar una salida pronta al incierto futuro laboral de las trabajadoras y los trabajadores, frente a la otra consigna que se traducía en ejercer presión sobre la Caja hasta tumbar la licitación. Desde nuestros boletines y comunicados insistimos en la revisión del presupuesto universitario y la creación de programas de acción social que garantizaran la estabilidad laboral de la mayoría de la gente que laboraba en el programa PAIS.
Pero también faltaron acciones contundentes, que golpearan realmente a la administración de la UCR. La acción de la acampada se fue diluyendo y poco a poco pasó a formar parte del paisaje, pues estaba ubicada en la entrada principal del edificio de rectoría, la cual simplemente fue inutilizada y se continúa trabajando normalmente utilizando la otra entrada al edificio. Por lo tanto, la rectoría, las vicerrectorías y el Consejo Universitario continuaron funcionando normalmente.
La junta directiva del SINDEU, en lugar de jugar un papel de vanguardia, impulsando acciones de lucha cada vez más audaces para golpear a la administración, jugó un papel de contención del movimiento, intentando evitar que la vanguardia obrera  concretara acciones más contundentes. Solo por poner un ejemplo, el bloqueo en derecho del día 20 de noviembre se concretó después de una acalorada discusión en la cual intervinieron también grupos estudiantiles.
Después de que la junta directiva perdiera esta discusión promovió asambleas aisladas con las y los trabajadores de PAIS, a las cuales ni siquiera se permitía la participación de trabajadores afiliados al SINDEU que no fueran de PAIS. Estas reuniones a puerta cerrada dificultaron posteriormente la coordinación de acciones con otros sectores que se mantenían activamente apoyando el movimiento. El temor burocrático de la junta directiva de perder el control del movimiento evita que se desarrolle durante el proceso una adecuada politización de las bases; de ese modo se liquida por completo la democracia obrera, al realizar asambleas en donde solamente se brindan informes y se evita, en la medida de lo posible, las discusiones políticas con las bases y con los otros sectores que apoyan el movimiento.
Sobre la solidaridad de otros sectores
Una de las pocas cosas que hace bien la junta directiva del SINDEU, con apoyo de otras organizaciones cercanas, como la CGT y las juntas de salud, es la creación de un círculo de solidaridad y de apoyo, y el posicionamiento político del tema en distintas coordinaciones nacionales.
Esto permite que la acción de la acampada se viera acompañada con paros de los muelles organizados por SINTRAJAP, con paros en las farmacias de las clínicas aledañas, promovidas por SINTAF, así como el aporte material en alimentos, pancartas y otros. A pesar del mal escenario de final de año en que se lanzó la huelga, la solidaridad fue más allá de lo esperado.
Sin embargo, la dirección del SINDEU le asigna un tinte impresionista a estas muestras de solidaridad, promoviendo la idea de que estaba a punto de estallar un movimiento nacional de lucha por la defensa de los EBAIS y la seguridad social. Con una pequeña dosis de realismo se podía ver con claridad que eso no iba a ocurrir. La jornada de solidaridad del 20 de noviembre fue más bien fría y lo que se logró fue nada más un cierto apoyo moral.
El apoyo de las comunidades fue prácticamente nulo, es la factura por errores cometidos previamente, cuando se estaba promoviendo la creación de un movimiento de lucha desde las comunidades, el cual nunca se concretó por la insistencia de la dirección del SINDEU por traer a las comunidades a la UCR, en lugar de intentar promover un movimiento autónomo desde las comunidades, como los Comités de Defensa de la Seguridad Social.
4rta Parte: Acción de calle y negociaciones
Bloqueo en Derecho
Sobre los métodos de la huelga
Este paro también fue acompañado de diferentes métodos y acciones de lucha.
El campamento, si bien sirvió para darle algún sentido de cohesión y de identidad, así como establecer una especie de base, fue un elemento de desgaste y no sirvió para presionar a las autoridades universitarias.
Los cortes  de ruta se asumieron tardíamente. Desde el primer miércoles de huelga (13 de noviembre) se pudo ver que resultaba un mecanismo efectivo para presionar a la administración de la UCR, pues esta aceptó reunirse después de tan sólo 20 minutos de bloqueo en derecho en hora pico. Lamentablemente se tardó toda una semana para volverlo a utilizar, no sin una fuerte discusión, con los mismos resultados. Presionado por los frecuentes cortes de ruta, Jensen acepta sentarse a conversar con el Sindicato, pero le sigue dando largas al asunto, pues los cortes de ruta eran importantes pero no suficientes, sobre todo porque la capacidad de la movilización no podía garantizar el bloqueo sostenido de una ruta más importante, como la Rotonda de la Fuente de la Hispanidad.
Las protestas internas sirvieron para visibilizar el tema en la Universidad, sin embargo el impacto fue mínimo, lo habitual era que la U funcionara como si nada estuviera ocurriendo en rectoría.
Se descartó la utilización de otros mecanismos de lucha, que fueron propuestos repetidamente, pero que la dirección del SINDEU nunca se decidió a impulsar, como la toma de edificios o el cierre de las agujas de las entradas de la UCR.
La dirección del SINDEU mantuvo todo el tiempo una actitud timorata y poco confrontativa, intentó en todo momento apaciguar los ánimos de las y los huelguistas y también de los sectores que realizaban acciones de solidaridad. Esta actitud conciliadora con la patronal, que evitó realizar acciones más osadas desde el inicio del movimiento, que era cuando se tenía más apoyo, fue lo que extendió de manera innecesaria el conflicto.
El día martes 26 de noviembre Marjorie Azofeifa, funcionaria de PAIS, junto con el jubilado  Miguel Barrios, militante del PRT, iniciaron una huelga de hambre; la misma se realiza en la otra entrada de rectoría, sin impedir el paso, pero en donde era bien visible para todas las personas que ingresaban a la rectoría. La dirección del SINDEU intentó promover que se corriera la tienda de campaña en donde se apostaron los huelguistas de hambre para no incomodar al rector, perdiendo la votación en asamblea de PAIS por un margen ajustado.
Presionado por la Huelga de Hambre la rectoría empieza a tener por primera vez una actitud de dialogo real.
El día miércoles 27 estudiantes, ente los que participan camaradas de la Juventud Revolucionaria del PRT, tomaron el edificio de Ciencias Sociales al ser aproximadamente las 5:00 p.m. Esto provocó la reacción del rector, quien le reprochó al SINDEU la realización de la acción. La dirección del SINDEU, en lugar de golpearle la mesa al rector, dicen que ellos no tenían nada que ver con la acción que estaban realizando los estudiantes y aceptan una vez más las condiciones de la patrona, vergonzosamente, Rosemary Gómez y Armando Navarro aceptan ir a realizar el trabajo de la rectoría y se trasladan hasta el edificio de Sociales a solicitarle a las y los estudiantes que levantaran la toma.
Críticas y autocríticas sobre la toma de Ciencias Sociales
La toma de Sociales fue impulsada en conjunto por la JR, compañeros y compañeras autónomos del Colectivo Subversión Tropical  y algunas y algunos anarquistas. Fue una acción condenada inmediatamente por el Partido de los Trabajadores (PT) y por el Nuevo Partido Socialista (NPS), porque supuestamente se estaba realizando de espaldas a los trabajadores. Lo que no dicen con claridad ni el PT ni el NPS es que la junta directiva del SINDEU había suspendido las asambleas abiertas que permitían la coordinación de las acciones de los sectores que apoyaban el movimiento. Tampoco señalan la actitud contradictoria de la junta directiva ante la acción; pues el segundo fin de semana, por la presión del desgaste y el cansancio de la larga huelga, Rosemary y otros miembros del SINDEU en reunión con nuestra Juventud Revolucionaria alentó ese tipo de acciones para “radicalizar la lucha”. Sin embargo fue ella la primera, cuando el rector interrumpe las negociaciones, en correr a desalentar la toma.
La toma del edificio de Sociales, a pesar de los errores cometidos, fue una acción políticamente correcta, y pudo haber sido aprovechado, al igual que la huelga de hambre para presionar a la rectoría, incluso en medio de la negociación. Es una acción que molesta mucho al rector, pues es un asunto que le compete al rector de la universidad directamente y si el SINDEU lo hubiera manejado inteligentemente le hubiera servido para presionar sin ningún costo político para las y los trabajadores de PAIS. Es un gesto de solidaridad, tan válido como el cierre de los muelles y pudo haber resultado mucho más efectivo.
Nosotros reivindicamos la toma del edificio de Ciencias Sociales y parafraseando a Lenin, cuando hablan de las enseñanzas de la insurrección de 1905 en Moscú, decimos alto y con fuerza: el problema no es haber efectuado la acción de la toma de edificios, el problema es que no lo hicimos con la suficiente vehemencia, no estuvimos a la altura de las circunstancias. Si existía la claridad política de que estábamos en una coyuntura en donde nos estábamos jugando el todo por el todo y que el enemigo inmediato era la rectoría, debimos haber agotado todas las posibilidades de golpear a las autoridades universitarias.
Por otro lado, el sector estudiantil no solamente lanza la toma como un asunto de solidaridad, pues levanta otras consignas importantes para  la comunidad universitaria, como la denuncia de la aprobación del préstamo del Banco Mundial o la firma de la carta magna Universitaria, cuestiones ambas que si comprometen efectivamente la autonomía universitaria.
Ciertamente la toma tuvo algunos errores logísticos, probablemente el más grave es que no se realizó a la hora prevista, lo cual impidió realizar, tal y como se había pactado previamente por las organizaciones estudiantiles que participaron de la toma, una consulta oportuna a la asamblea de trabajadores para saber si aprobaban o no la acción de solidaridad. Dado el resultado de las negociaciones, es probable que haya sido un error no haber mantenido la toma hasta el día siguiente, para esperar el criterio de la asamblea de trabajadores de PAIS. Este es un tema a debatir con más calma. Lo que sí es claro es que la actitud del NPS y del PT y de otros activistas que condenan la acción de la toma, por obstruir las clases de fin de año, no se diferencia en nada de los berreos de las y los conductores que quedan atrapadas o atrapados en un bloqueo o de la posición que le publican en La Nación a Iván Molina el 5 de diciembre de 2013.
5nta Parte: finaliza la huelga con una traición
Sobre los acuerdos y las negociaciones con la rectoría
El acuerdo que firma finalmente la junta directiva del SINDEU con la rectoría es peor que una derrota, es una claudicación a la rectoría cuando todavía no se había quemado los últimos cartuchos. En 17 días de huelga no se avanzó un ápice en las posiciones y se termina aceptando casi que las mismas condiciones que la rectoría ofreció desde el miércoles 13 de noviembre. La dirección del SINDEU, después de haber cumplido con la misión apaciguadora de las y los estudiantes y de las y los trabajadores acepta deponer las luchas a cambio de lo siguiente:
·         14 plazas que saldrían a concurso a partir del 15 de febrero de 2014
·         Evitar las posibles represalias (que en ese momento no eran más que amenazas) a las y los trabajadores en huelga
·         Una “organización económico social”, es decir, un negocio para ofrecer servicios de salud, que “deberá ser autofinanciable y deberá estar vinculada a FUNDEVI”
·         Y un montón de promesas sobre posibles opciones laborales para el resto de los casi cuatrocientos trabajadores, en donde la rectoría aclara que la UCR no garantiza la contratación de las y los trabajadores de PAIS.
Para firmar semejante acuerdo se pudo haber ahorrado 15 días de huelga y muchísima zozobra, sufrimiento y angustia de las y los trabajadores, pues es casi la misma propuesta que hizo rectoría el segundo día de huelga, que fue rechazado en asamblea el jueves 14 de noviembre.
El sentimiento de impotencia queda recogido en el diario que llevaba la compañera Marjorie Azofeifa en huelga de hambre: “Son las 8:00 am y veo entrar al rector con sus gorilas y un séquito de periodistas. Estoy con Miguel Barrios y Marcela Zamora. Escuchamos en las noticias que LA HUELGA SE HA DEPUESTO, pero ¿cómo?... Si mis compañeros están desayunando y no ha habido asamblea ¿?... ¿Cómo puede dar declaraciones así, antes de que la Asamblea de los Trabajadores conociera lo que se había firmado? Luego veo que mis compas se van y me envían mensajes. La asamblea empezó y yo en estado de indefensión frente a la Rectoría, ESTOY horrorizada. ¡Tengan cuidado! ... ¡No depongan!... ¡Los van a asustar! ... Y al medio día la noticia fatal ... La huelga se depuso porque la dirigencia sindical cambió la versión EN MATERIA DE ILEGALIDAD DE LA HUELGA, hace una semana decía que no nos podían despedir sin el debido proceso y ésta vez fue la misma Rosemary Gómez la Secretaria del SINDEU la que coaccionó al personal para que cedieran la lucha. Dónde quedó el discurso que nos vendía hace una semana?... Quedó, en la firma de un acuerdo a espaldas de la Asamblea de lxs Trabajadores a la 1:00 am.”
Lo peor de todo es que la cuestión se firma aún y cuando ya existía una cita en casa presidencial para el día jueves; en realidad la rectoría estaba desesperada por firmar para evitar tener que llevar el asunto afuera de la UCR, y el sindicato, a pesar de la toma del edificio de sociales y a pesar de la huelga de hambre, le dio el gusto.
Conclusiones
El movimiento de huelga es derrotado por la actitud timorata y conciliadora de la dirección del SINDEU, que en lugar de jugar un papel de vanguardia estuvo todo el tiempo a la retaguardia del movimiento y fue rebasado por las bases una y otra vez hasta el trágico desenlace del movimiento. En lugar de instar a las bases, que mantuvieron siempre una enorme disposición para la lucha, apretar el acelerador durante los primeros días, cuando existía un apoyo casi total de las bases de PAIS y cuando la ausencia del rector pudo haber sido utilizada a favor del movimiento, golpeando con fuerza a Salom (que en ese momento era el rector interino); promovieron más bien acciones intrascendentes, que le exigían al movimiento un enorme esfuerzo y desgaste, mientras le producía a la administración de la U una pequeña incomodidad.
La dirección termina aceptando la tesis que desde el principio de la lucha había levantado el PRT: que lo correcto en esa coyuntura de lucha era la defensa del empleo y que esa debía ser la prioridad en ese momento; sin embargo no va a fondo con la política y tiene una actitud titubeante con relación a la propuesta concreta que había que hacerle a la administración para garantizar las plazas.
En algunas asambleas se hablaba de las propuestas del SINDEU, pero la dirección nunca las planteo públicamente con claridad, por lo que para muchos de los sectores que estuvimos acompañando la huelga, y algunos que incluso acompañamos el proceso desde diciembre de 2012, el pliego de negociación fue un misterio durante todo el proceso. Esta actitud sectaria y poco transparente dificultó realizar coordinaciones adecuadas con sectores que brindaban solidaridad y que hubieran podido colaborar de mejor manera si la actitud de la dirección del SINDEU hubiera sido otra.
Esta derrota significa un claro retroceso para el SINDEU, quien perderá cientos de afiliados; pero también es un duro golpe para la lucha por la defensa de la Caja y contra la privatización de la seguridad social. Después de la derrota de las y los trabajadores de PAIS será prácticamente imposible levantar una lucha en las comunidades en contra de la entrega de los EBAIS a la UNIBE y contra la privatización de los servicios de salud en general.
El proceso de lucha y su derrota evidencia también un marcado recrudecimiento de las políticas represivas a lo interno de la universidad, pues algunos efectivos de la seguridad interna tuvieron un comportamiento de guardia pretoriana de Henning y tuvieron un comportamiento represivo contra el movimiento estudiantil y de trabajadores durante los días de huelga.
RECUADRO: El vergonzoso papel del NPS, el PT y el FA
El NPS, que en documento difundido el 28 de noviembre acusa al PRT de irresponsable por apoyar la acción de la toma de Sociales, no estuvo presente en la lucha ni en diciembre del 2012 ni tampoco en marzo de 2013. Sin embargo aparecen en noviembre de manera oportunista; a decir, como sentencian en el comunicado del 3 de diciembre de 2013, quien tiene derecho a participar o no de una Asamblea de PAIS; o a realizar propuestas completamente fuera de contexto que lo único que demuestra es la enorme incomprensión del fenómeno político que tienen ante sus ojos. Es impresionante la forma acrítica con que esta agrupación política se adaptó en casi todo momento a las posiciones conciliadoras de la junta directiva del SINDEU, que los llevó a condenar la acción de la toma de Sociales, por defender un proceso de negociación que terminó siendo un fiasco.

Pero más oportunista fue la actitud del PT, organización cuya militancia  ni siquiera participó a fondo en la lucha, a pesar de tener un cuadro importante como miembro de la actual junta directiva del SINDEU. El PT enviaba de vez en cuando a militantes de su juventud, en los momentos más mediáticos, para que salieran en la foto, pero estuvo borrado de la cotidianidad durante la mayor parte de los días de huelga. Este vergonzoso silencio no los exime de ser corresponsables de la derrota, pues no impulsaron crítica alguna a las posiciones de retaguardia que asumió la junta directiva en su totalidad, para evitar chocar con Rosemary. Lo mismo se puede decir, y con más razón, del Frente Amplio, que tiene no uno, sino varios miembros en junta directiva, cuya juventud brilló por su ausencia, y ni se diga de la FEUCR que ellos co-dirigen, la cual  se lavó las manos en los hechos. 

1 comentario:

  1. Cuando Laura me dijo que leyera el balance y me criticó de arrogante por mi postura frente al intento de toma, no esperaba que tantas palabras pudieran resumire en la fórmula: "la lucha se fue a la mierda porque no se hizo lo que el PRT dijo en el momento que lo dijimos; además de que un sector traicionó y no hizo lo que le dijimos que hiciera". Yo de política no sé mucho, pero no se necesita haber estudiado más que un par de libros para saber que esto no es un balance y mucho menos un análisis político de coyuntura. Lo divertido (en realidad no es divertido), es que leer este texto es exactamente igual que leer la producción común de los demás partidos, por aquello del ego autonómico del PRT.

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