viernes, 11 de agosto de 2017

En las aulas de la UCR se reproduce el machismo

Los casos de acoso sexual en la Facultad de Derecho. 


En la actualidad, las mujeres contamos con acceso a la educación universitaria, gracias a las movilizaciones y demandas de las feministas de antaño, que exigieron gozar de los mismos derechos que los hombres. Cada vez somos más las mujeres que tenemos acceso a las aulas universitarias, e incluso en algunas carreras universitarias, hemos logrado equilibrar la presencia de estudiantes (hombres y mujeres). Este avance en materia de derechos, ha favorecido que, según cifras de la UCR, en el último ciclo lectivo, el 57,3% del total de estudiantes graduados, correspondan con mujeres. Sin embargo, aunque, hoy en día, se haya aumentado la cantidad de las mujeres universitarias y la proporción de mujeres graduadas sea mayor, no significa que las estudiantes mujeres estudien en ambientes propicios para su desarrollo académico y personal. 

Sea porque la UCR no brinda horarios ni condiciones de infraestructura para el cuido de sus hijas/as (rol impuesto socialmente) para estudiantes madres, o porque en los últimos meses, se haya denunciado casos de asaltos sexuales e intentos de violación en el campus, o porque en las aulas universitarias persiste el MACHISMO. Esto sale a la luz, luego que el pasado viernes 11 de agosto, distintas estudiantes denunciaron los casos de acoso y hostigamiento sexual en la Facultad de Derecho de la UCR. Este grupo de estudiantes denunció que los profesores de esta Escuela, aprovechan su cargo de docencia para realizar piropos, acercamientos corporales inapropiados, comentarios misóginos (¡Las putas de Pelufos son más inteligentes que ustedes! (mujeres) y hasta peticiones de favores sexuales a cambio de notas académicas. 

Si bien, este grupo de estudiantes denuncian que el acoso y hostigamiento sexual es una práctica común y naturalizada en las aulas, sobresale el nombre del profesor Oscar González, exmagistrado de la Sala Segunda, quien fue despedido por la Asamblea Legislativa a solicitud de la Corte Suprema de Justicia, precisamente por un caso acoso sexual. Asimismo, este grupo de estudiantes denuncia el silencio y la complicidad del Decanato de la Facultad, a tal punto que, la misma prestó su correo oficial estudiantil (enviado el mismo viernes 11 de agosto, fecha del plantón convocado por las estudiantes) para que el profesor González se “defendiera” de las acusaciones en su contra, pero nunca prestó dicho medio o cualquier otro medio oficial para hacer eco de las denuncias estudiantiles. Y, aun así, el decano de la Facultad, Alfredo Chirino sin siquiera sonrojarse insiste en que en dicha Escuela la “tolerancia contra el acoso sexual es cero”, pero cuanta infamia la del señor. Seguido de esas palabras justifica a los acosadores, pues reduce las expresiones de acoso a malentendidos. “Hemos tenido casos sobre la relación profesor-estudiante donde se han dado malos entendidos en relación con el lenguaje utilizado, a veces provocativo y que los estudiantes lo asumen con algún grado de inquietud” (CRhoy, 9 de agosto 2017) En otras palabras, la CULPA es de ustedes estudiantes por malinterpretar a sus profesores y no comprender la jerga y el lenguaje jurídico. (sarcasmo) Finalmente, muchas estudiantes señalan que existe un miedo generalizado para denunciar estos casos, debido a que temen represalias académicas y persecución política. 

Evidentemente los espacios machistas y misóginos (odio hacia la mujer) nunca han sido propicios para denunciar; sin embargo, es fundamental visibilizar dichos hechos y exponer a quienes comenten estos actos. Para ello, es esencial que el estudiantado en general, asociaciones estudiantiles y el SINDEU, establezcan como tarea primordial: el repudio y la denuncia del acoso sexual en las aulas universitarias. Al mismo tiempo que, debemos presionar a la rectoría UCR, la cual brilla por su ausencia en este caso, para que repudie el acoso y hostigamiento sexual, y tome las medidas punitivas correspondientes. Y también para que brinde los mecanismos idóneos para que las personas víctimas logren denunciar, y se garantice que dicho proceso sea lo menos revictimizante posible. 

¡Ningún caso de acoso sexual, sin denuncia! 
¡No más acoso en las aulas universitarias! 
¡Que se vayan los acosadores! 
¡Por un ambiente universitario libre de violencia machista!
¡Las mujeres resistimos y nos organizamos!

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