sábado, 26 de enero de 2013

¿Qué significa la candidatura de Araya por el PLN?


·         Vamos hacia una recomposición de la situación interna de Liberación Nacional.

·         La candidatura de Araya se presenta como una carta de consenso entre los burgueses que permitirá mantener la gobernabilidad mientras el gobierno no meta la pata

El año se inició con un hecho político de gran envergadura: la renuncia de Rodrigo Arias a su precandidatura en el PLN. Se trata, evidentemente, de un repliegue táctico de los Arias, ante un triunfo inminente de Johnny Araya en la convención de mayo según anticipaban las encuestas. Se pone así en evidencia que los Arias han perdido terreno internamente ante el bloque de las fracciones de Araya, Desanti, Figueres y Chinchilla-Liberman, por lo que inteligentemente optaron por evitar un golpe más y tratar de pelear para conservar peso en el aparato y retener una cuota de diputados y munícipes en el próximo período. Es evidente también, sin embargo, que los Arias sufrieron presión de la cúpula burguesa en la que se apoyan para que Rodrigo desistiera de su candidatura.

Para los sectores burgueses más fuertes, más allá incluso del PLN, Araya es el candidato óptimo y el que permite superar las contradicciones y flaquezas del actual gobierno y encarar una ofensiva brutal contra el movimiento de masas. Frente al desgaste de los Arias en algunos sectores populares, Araya está mejor posicionado para esta misión. El trato cuidadoso que tanto Teletica como La Nación han tenido hacia Araya, sin destapar los chorizos que ocurren en la Municipalidad de San José, indica que lo han considerado una carta en reserva, frente a la dispersión y la falta de credibilidad de la oposición burguesa.

La recomposición del PLN de cara a las elecciones, en la medida que permite lograr un gobierno más fuerte en el 2014, es un elemento clave para la burguesía nacional, sobre todo ante las señales de inestabilidad (en todo sentido) que comienzan a dominar la situación internacional. Tenemos que manejar como hipótesis que el gobierno (pactando una orientación con el arayismo) dé un compás de espera para los proyectos de impuestos y la destrucción de los pluses salariales, y más bien se oriente a pequeños golpes sectoriales que le permitan ir destruyendo las conquistas sociales y laborales poco a poco, aprovechando que la situación económica todavía da algún respiro. Al respecto es esclarecedor lo que ocurrió en AyA ahora en el fin de año. La Junta Directiva se reunió casi en vísperas de Navidad y eliminó la subvención a las incapacidades, que quedan excluidas en adelante de los cálculos de aguinaldo y otros pagos.

Si el gobierno no mete la pata y provoca grandes luchas, vamos a tener un año donde la tendencia estar orientada a luchas atomizadas, en torno a la defensa de clínicas y hospitales ante el estrangulamiento económico que sufren, por la tierra y en defensa de derechos laborales particulares en algunas instituciones del sector público. Toca a las organizaciones más combativas del movimiento de masas, como la APSE, la CGT, la UNT, SINTRAJAP y otras, impulsar la unificación de los conflictos. Por la cercanía de las elecciones, se abre la posibilidad de que luchas fuertes pongan en jaque al gobierno y le arranquen concesiones. Hay que encarar la lucha contra la erosión salarial, planteándose para el segundo semestre de este año arrancarle al gobierno un reajuste conforme a la inflación real. Además, un eje de primer orden es enfrentar el curso cada vez más represivo de este gobierno y parar los proyectos (como el que acaba de anunciar el grupo de “notables”, nombrado por Chinchilla) para fortalecer los rasgos autoritarios del estado.

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