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El despertar del pueblo nicaragüense se ha expresado en
la movilización juvenil y popular en solidaridad con la lucha de los
pensionados.
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El pueblo movilizado debe derrotar la represión y obligar
al gobierno Ortega-Murillo a retirar su reforma del seguro social.
El
pueblo nicaragüense ha despertado protagonizando cinco días continuos de
movilización en contra del gobierno de Daniel Ortega (FSLN), el cual ha
reaccionado con violencia a las protestas gremiales, estudiantiles y populares.
Según los últimos reportes, se contabilizaban más de 60 muertos, cientos de
heridos y 25 desaparecidos. El detonante de las múltiples protestas en toda
Nicaragua fue la reforma del Reglamento de la Ley de Seguridad Social, donde se
estaría gravando con un 5% las ya pírricas pensiones de las personas adultas
mayores, así como cambios en las cuotas de patronos y trabajadores. La
represión del 18 de abril contra una protesta de pensionados fue la chispa que
desató la rabia, primero del movimiento estudiantil y, luego, del pueblo en
general. Las movilizaciones se extienden a casi todas las poblaciones
importantes de Nicaragua: Granada, Monimbó, Masaya, León, Bluefields, entre
otras. A cinco días continuos de choques entre la policía y la población
movilizada, se abrió una crisis política muy particular.
Ni
lentos ni perezosos, los partidos de los ricos y los empresarios no sandinistas
se han apresurado para intentar colocarse al frente del movimiento, convocando
el lunes 24 de abril una marcha en Managua, a través del Consejo Superior de la
Empresa Privada (COSEP). Como respuesta a esta maniobra, circularon videos de
manifestantes de diferentes comunidades señalando que “COSEP no nos
representa”. Este reflejo, que es muy positivo porque apunta a la acción
independiente del pueblo nicaragüense, advirtiendo que las posiciones de la
empresa privada no resuelven la crisis política abierta tras las jornadas de
abril.
La
resistencia del pueblo nicaragüense vuelve a ser un ejemplo de lucha para
Centroamérica y el mundo; pues muchos sectores, aunque no están organizados,
rechazan, no solo al actual gobierno, sino también los demás sectores de la
burguesía. Al igual que en el 79, la juventud es el elemento catalizador y el
sector más combativo y decidido.
El problema del poder
Tras
el anuncio de Daniel Ortega que dio marcha atrás con el Decreto Ejecutivo No
03-2018 que reforma el Reglamento de la Ley de Seguridad Social, se inició un
debate en el seno del movimiento estudiantil. ¿Es esta una victoria? ¿Debe
continuar la movilización contra el gobierno?
Definitivamente
sí, hay una conquista parcial al derogarse la reforma del INSS, y al mismo
tiempo esta serie de protestas sacó a la luz el gran descontento, en un plano
más amplio que la lucha de pensiones, contra el gobierno del FSLN. La consigna
“Fuera Ortega” tiene hoy un respaldo masivo, y la cantidad de asesinatos,
arrestos y agresiones por parte de las fuerzas policiales vino a atizar el odio
legítimo contra el gobierno. Los socialistas revolucionarios compartimos este
sentir del pueblo nicaragüense, y al mismo tiempo consideramos que es necesario
dotar de una estrategia de lucha al pueblo movilizado para canalizar la rabia hacia
una salida realmente beneficiosa para la mayoría del pueblo: La acción
insurreccional para la caída revolucionaria de Ortega y la constitución de un
gobierno obrero y campesino.
Para
dar los primeros pasos hacia una salida independiente y en favor del pueblo, es
importante señalar algunos puntos importantes:
- 1. Doblegar la represión policial, mediante la masiva movilización callejera y la solidaridad, y presionar a la policía y a las fuerzas armadas a retirarse y volver a sus cuarteles como lo hizo el pueblo hondureño en noviembre del año pasado cuando desafiaron el toque de queda.
- 2. Rechazar toda iniciativa de conciliación con los asesinos de estudiantes, así como denunciar la injerencia de la COSEP, la Iglesia Católica y las patronales en las acciones de lucha contra el gobierno de Ortega.
- 3. Realizar un encuentro de delegados barriales, populares y de las organizaciones de trabajadores y campesinos con el fin de constituir comités de base por todo el país, y una coordinación nacional para luchar por la derrota de Ortega y remplazar el régimen por un gobierno obrero-campesino.
Con
esta hoja de ruta, se abren muchas posibilidades para rebasar el intento de
COSEP, la iglesia y Ortega de dar una salida negociada, a favor de ellos
mismos, ante la crisis abierta en Nicaragua. Sin embargo, la tarea fundamental
de la juventud y el pueblo movilizado es la construcción de una organización
revolucionaria clasista e independiente del gobierno y de la gran burguesía,
que pueda darle un sentido estratégico a la lucha y que pueda organizar a los
sectores de la población y de la clase trabajadora más oprimidos y explotados;
para evitar que un sector de la burguesía se aproveche de la movilización que
coloca sus intereses por encima de los intereses de los sectores populares.
Desde
Costa Rica extendemos nuestro sentido pésame a las familias de las víctimas
mortales de estos días y nos sumamos a la exigencia de las y los estudiantes de
que estos crímenes no pueden quedar impunes, se deben abrir investigaciones y
señalar los responsables de estos crímenes, llevando los casos hasta sus
últimas consecuencias. Desde nuestra trinchera apoyamos todas las acciones
solidarias a nivel internacional y así mismo consideramos necesario
visualicemos a corto plazo un encuentro de luchadores centroamericanos para
sacar las primeras lecciones de este levantamiento, y articular las fuerzas que
enfrentan el ajuste del FMI y la OCDE, contra los malos gobiernos que
deterioran de los servicios de salud, de educación y de trabajo de las masas
trabajadoras de la región.
¡Sigamos el ejemplo del pueblo
nicaragüense!
¡Denunciemos la represión y los
asesinatos del gobierno de Ortega!
¡A derrotar el gobierno de Ortega con
movilización callejera!
¡Ni Ortega ni COSEP, el pueblo al poder!
22 de abril, Comité ejecutivo del PRT
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