AMBOS SON ENEMIGOS DEL PUEBLO TRABAJADOR
La prensa burguesa ha
presentado la segunda ronda de las elecciones presidenciales, como un
enfrentamiento entre dos polos opuestos:
por un lado Fabricio Alvarado, con una agenda conservadora en contra del fallo
de la Corte Interamericana de Derechos Humanos reconociendo el Matrimonio
Igualitario y otros derechos de la población LGTBI, y oponiéndose a la educación
sexual en escuelas y colegios, y por otro Carlos Alvarado, del PAC,
supuestamente defendiendo estos derechos.
Es un hecho que Carlos
Alvarado logró superar a Álvarez Desanti, a Piza Rocafort y a Juan Diego
Castro, porque éstos derechizaron su discurso al son que tocaban Fabricio
Alvarado y las iglesias. Un sector de la población, sobre todo de la juventud,
vio a Carlos Alvarado como la alternativa más viable para enfrentar en las
urnas la ofensiva clerical reaccionaria.
La polarización que se
produjo entre los Alvarado en las dos últimas semanas de la campaña electoral,
no logró sin embargo acabar con la apatía del electorado. El abstencionismo se
mantuvo alto, con un 34%, y la fragmentación del voto expresa el descreimiento
que existe en los partidos burgueses.
Fruto de esta situación,
es importante tener en cuenta el profundo desgaste que experimentaron los
partidos tradicionales manchados por la corrupción: el PLN y el PUSC salieron
muy golpeados del proceso electoral, aunque retengan una fuerte presencia
legislativa por la fragmentación del voto, y Otto Guevara hasta le dio ya dio
santa sepultura al Movimiento Libertario anunciando que se alejará de la
política.
Aunque se señala el enorme
salto que tuvo para adelante Renovación Costarricense al dispararse a un
24,9% de los votos emitidos, es
interesante tener presente que en esta votación se expresa el mismo fenómeno
que pesó contra el PLN hace cuatro años: por más asistencialismo social del PLN
entonces y del PAC ahora, las provincias más pobres votaron contra el gobierno.
Este es un elemento a
tener en cuenta, porque en las capas más pobres de la población, el discurso de
austeridad fiscal, de ajustes, de impuestos que manejó Carlos Alvarado (aunque
fuera acompañado de “ayudas” desde las instituciones de asistencia social del
Estado) no pega. La gente más pobre prefiere, y probablemente así será en la
segunda ronda, arriesgarse con Fabricio.
La prensa empezó a
interrogar a los diputados evangélicos electos sobre las medidas de austeridad
que impulsarían para disminuir el déficit fiscal. La burguesía quiere amarrar
para que se aprueben en lo que le quedará a esta legislatura después de la
segunda ronda o en la próxima, los proyectos tendientes a reducir el gasto en
salarios y programas sociales del estado, aumentar los impuestos indirectos que
sangran a los sectores populares y penalizar la lucha social. Sintomáticamente,
la cúpula de los evangélicos dio orden de no hacer más declaraciones para no
desgastar antes de tiempo el apoyo social logrado.
A otro nivel, resulta
también importante tener en cuenta, que el Frente Amplio perdió mucha base
social en los sectores medios y populares, no sólo porque optaron por apoyar a
Carlos Alvarado como la alternativa frente a Fabricio. En los sectores populares
había habido mucho rechazo a la política colaboracionista con el PAC que
mantuvo la cúpula frenteamplista.
Toda la izquierda
colaboracionista de clases ve con espanto un posible triunfo de Fabricio, se
imaginan un régimen fundamentalista no muy lejos de los de Arabia Saudita o
Israel. Sin negar que éste es un aspecto particular de la agenda de Fabricio,
no podemos dejar de tener presente al mismo tiempo que Carlos Alvarado impulsa
(hasta más coherentemente si se quiere) la agenda neoliberal para golpear al
movimiento de masas so pretexto del déficit fiscal.
Apoyar a uno contra el otro, es
hipotecar la independencia política del movimiento de masas, que debe tener
absoluta claridad en que ambos son enemigos del pueblo trabajador. La
alternativa contra el Alvarado que gane en la segunda ronda es la organización
y la movilización. No hay otro camino para frenar la agenda neoliberal y
fundamentalista. El jueves 8 de marzo, día internacional de las mujeres
trabajadoras, será una ocasión especial para que el activismo feminista
socialista salga a la calle colocándose como un polo de lucha y articulación
contra este gobierno, y contra el que venga.
Contra la capitulación al PAC, llamamos a una asamblea de
luchadores sociales para promover la abstención o el voto nulo en la segunda
ronda.
¡Por la unidad de las luchas
ambientales, feministas, laborales y de derechos humanos con independencia de
los partidos de los ricos!
Domingo 11 de febrero del 2018
Pronunciamiento del PARTIDO REVOLUCIONARIO DE LAS Y LOS
TRABAJADORES
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