Peligrosa, porque la falta de apoyo popular a la dictadura es evidente y el baño de sangre que está provocando la aísla aún más. Medios internacionales dieron a conocer tomas aéreas de las manifestaciones a favor y en contra de Ortega, el 30 de mayo, Día de la Madre en Nicaragua, que dejan ver que la oposición movilizó 10 o 15 veces más gente que el gobierno (que nos atrevemos a decir que sólo logró juntar de 10 a 15 000 personas).
Protestas en Masaya. |
En Nicaragua, al igual que en Honduras a finales del año pasado, se ha venido montando un mecanismo, por la vía del “Diálogo Nacional”, para contener el levantamiento popular. Con este fin, con la intermediación de organismos de Washington y los gobiernos latinoamericanos como la CIDH, se plantea un recambio “pacífico” de la dictadura, “reformando” el régimen político nicaragüense.
La Iglesia Católica, el COSEP y todo el abánico de partidos burgueses que durante estas tres décadas han compartido el poder con el sandinismo, le tienden un salvavidas a Ortega para que la dictadura no caiga por una revuelta popular que tiende a ser anticapitalista, por la sed de justicia social que tiene el pueblo nicaragüense. El sandinismo, entendiendo que sus socios burgueses de ayer no tienen la intención de derribarlo con la movilización de masas, ha aceptado este juego de la “reforma” para ganar tiempo, y mientras tanto estabilizar el país golpeando la vanguardia estudiantil y popular que ha encabezado la lucha. Así piensa llegar a las próximas elecciones y seguir conservando cuotas de poder importantes en el Estado (Poder Judicial, Tribunal de Elecciones, Policía y Ejército, etc). La política de Ortega apunta a ceder en las apariencias, para que todo siga igual.
Para que esto sea factible debe descabezar el movimiento popular. Es un cálculo cínico y criminal de Ortega que le está costando docenas de muertos al pueblo nicaragüense y frente al cual la Iglesia, el COSEP y los partidos del régimen le sirven (en cierta forma) de coro al sandinismo, llamando a la paz y avalando así toda la campaña sandinista para condenar los “tranques” y las muchachas(os) que se arman de piedras para defenderse de las balas sandinistas.
La dictadura de Ortega no va a caer si no se la derriba en las calles. El camino es generalizar los tranques y un paro nacional que paralice el país.
El pueblo nicaragüense tiene derecho a luchar e insurreccionarse. Todas las organizaciones populares que están movilizando para derrocar la dictadura: las asociaciones estudiantiles, los comités barriales y todos los grupos que se organizan para luchar en las fábricas y el campo, deben coordinarse en una gran asamblea popular, para lanzar un paro nacional y generalizar los tranques. Hay que derrotar la embestida sanguinaria de Ortega con autodefensa de los tranques y el paro nacional. Apuntar a la creación de milicias populares, como se esboza ya en Monimbó una vez más. (No por casualidad la otra gran masacre de esta semana que termina ha sido en Masaya).
Desde el PRT de CR, comprometemos nuestro apoyo militante con la lucha de las masas trabajadoras de Nicaragua. Llamamos a las trabajadoras(es) nicaragüenses a organizar un partido propio, sin burgueses explotadores, para que las y los trabajadores nicaragüenses tomen el poder.
¡ABAJO LAS BESTIAS SANGUINARIAS DE ORTEGA Y CHAYO! ¡LAS TRABAJADORAS(ES) NICARAGÜENSES AL PODER!
Desde San José, Costa Rica, apoyamos la conformación de comités de solidaridad entre trabajadores costarricenses y nicaragüenses. |
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