viernes, 18 de agosto de 2017

LUIS GUILLERMO SOLÍS anuncia una embestida brutal contra el pueblo trabajador PARA SEGUIR PERMITIENDO LA EVASIÓN Y EL FRAUDE FISCAL

EDITORIAL
(Publicado en la edición 116 de Bandera Roja, agosto 2017)
Helio Fallas (Ministro de Hacienda) y Luis Guillermo Solís anuncian medidas para enfrentar dificultades en el pago de .

A principios de año, en el documento sobre la situación nacional que discutió el Congreso del PRT (del que se publicó un extracto en este periódico), se señalaba que el nuevo apretón en el gasto público, por la coyuntura electoral le iba a quedar al próximo gobierno. Aunque Luis Guillermo Solís insistiese en un paquetazo de impuestos para reducir el déficit fiscal, parecía que no iba a avanzar en la Asamblea Legislativa. En un marco en que las exportaciones crecen ligeramente, se mantiene alguna inversión extranjera y hay un control relativo de la inflación y del cambio, la situación parecía “manejable” por el éxito de este gobierno en la contención del gasto en la planilla del Gobierno Central, gracias a los reajustes salariales por debajo de la inflación real. 

Que de repente se abra el hueco fiscal y el gobierno pase a anunciar un violento plan de austeridad, ante la ausencia de liquidez, nos parece que tiene algo de “inducido”. La venta de bonos para hacerse de dinero contante y sonante no le ha funcionado al gobierno porque ofrece intereses muy bajos (siendo que la tendencia en los mercados financieros internacionales es al encarecimiento de este tipo de financiamiento) y la Institución donde ha reventado con mayor fuerza el problema: el IMAS, venía gastando la plata a manos llenas para hacer clientelismo electoral a favor de Carlos Alvarado, el candidato del PAC. No nos extraña por eso que se haya quedado sin plata. 

En el documento que mencionábamos más arriba, se señalaba que por la tendencia de la burguesía costarricense a profundizar la evasión fiscal (el escándalo de los Panamá Papers ya fue “olvidado”) el gigantesco déficit fiscal y el consiguiente endeudamiento que esta situación provoca no se iba a poder sostener mucho. Luis Guillermo Solís pudo haber tirado la pelota para adelante y pasársela al próximo gobierno, pero optó por quedar bien con la burguesía y entrarle de lleno al problema antes de que se acabe su mandato. Al fin y al cabo, la plata es la que hace Presidentes. Además, cumple con las garroteras internacionales, que a través de la OCDE, vienen presionando por más “medidas de austeridad” que garanticen la capacidad del país para pagar la deuda externa. 

Con una campaña demagógica y mentirosa de que las medidas de austeridad que toma son para garantizar salarios, pensiones y los programas sociales “urgentes” del Estado, Luis Guillermo Solís se ha lanzado a una operación riesgosa en año electoral. Aprovecha el alto índice de popularidad que le dan las encuestas, la derrota de la huelga del Poder Judicial y la postración de que da señales el resto del movimiento sindical, así como el hecho de que el resto de los partidos burgueses, pregonando mañana, tarde y noche la necesidad de austeridad, están entre la espada y la pared por más críticas que le hagan de que se “tardó” mucho o “disparó” el gasto fiscal. Aunque Desanti declaró que existen los mecanismos para captar recursos en el mercado, queda por ver si por cálculo electoral el PLN se va a oponer frontalmente a los proyectos del gobierno, no muy diferentes de los que maneja el PLN. 

Nadie puede dejarse engañar. El paquetazo de impuestos va a afectar fundamentalmente a los sectores populares, disparando el costo de la vida. El presupuesto reducido (con 0% de crecimiento mientras se acelera la inflación real) afectará los salarios y los gastos sociales del estado, aunque Solís diga que no. Solís coloca como centro de su programa cumplir con el pago de la deuda, para seguir llenando de dinero los bolsillos de los empresarios que estafan al fisco y le prestan al Estado con altos intereses lo que tendrían que pagar en impuestos, pero no sólo eso: también quiere recurrir a un mayor endeudamiento externo y quitar controles a los capitales “golondrina” (especulativos) para que se asocien a la banca privada en Costa Rica. Es un programa de más endeudamiento externo y sangría al pueblo para pagar. 

Es increíble por eso, que en vez de llamar a la lucha contra las medidas de austeridad del gobierno y el paquetazo de impuestos, las primeras reacciones de algunos capos del movimiento sindical (como Albino Vargas) y dirigentes del Frente Amplio (como Edgardo Araya), sea ofrecerse para negociar cómo resolver la crisis de liquidez del gobierno. 

Frente a la ofensiva brutal del gobierno no puede haber dudas. Hay que rechazar de plano las medidas de Luis Guillermo Solís y exigir a las dirigencias sindicales y populares que organicen una lucha frontal.

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